
Suena la voz de Antonio Escohotado, acompañada por una guitarra, cantando Go your own way de Fleetwood Mac, y These Days, de Jackson Brown. No es en directo; surge desde el altavoz de un móvil, colocado en el pecho de este improvisado cantante. Se las dedica a sí mismo, en sus últimos momentos de vida. Aquel 21 de noviembre, hace ya un año, moría un grande.
Podríamos abordar un texto serio y enciclopédico, alabando su figura de jurista, filósofo, sociólogo, profesor y prolífero escritor, con más de una decena de libros en su haber, guardando la exigida distancia entre divino él y mortales nosotros. Pero una perspectiva excesivamente mecánica no encaja con una personalidad como la suya: movido por impulsos, acérrimo del presente y de los discursos sin trampas ni parches de mala fe, estamos seguros de que Escota, como le llaman cariñosamente hijos y amigos íntimos, disfrutaría más con un texto sin perjuicios ni prejuicios, tan lleno de admiración como de respeto y, sobre todo, de verdad, esa que él tanto apreciaba.
Antonio Escohotado, aparte de ser sabio, fue hippy, rubio y melenudo, le encantaba jugar al fútbol, al ajedrez y pasar el tiempo en Ibiza. Vivió aventuras, vivió en comunas y vivió el amor libre, e incluso fundó la conocida discoteca Amnesia, allá por el año 76. Antonio guardó grandes recuerdos de sus extensas vivencias en la isla balear, incluido su desatinado paso por el presidio. Nada que no supusiera una experiencia más y una huella en la que observar aprendizaje.
Estando abierto de cambiar de idea, Escohotado descubrió que las ideas en materia política que había estado defendiendo durante los últimos 50 años de su vida eran un fraude. Dejó atrás la planificación central y abrazó el libre mercado. Defendió una sociedad justa basada en la libertad y en la propiedad privada donde primasen las decisiones voluntarias de los individuos frente a la coacción. Fue pionero poniendo nombre a las políticas dictatoriales y contradictorias basadas en la mentira, conceptualizando las barbaries y tergiversaciones de los que para él eran “estafadores de feria” y la “casta política”. Así, sin anestesia.
Antonio Escohotado siempre fue una persona curiosa. Le apasionaba aprender cosas nuevas “más allá de su ombligo” y pasó muchas horas de su vida estudiando. Entendió que las mentiras no tienen cabida en la naturaleza y que, como Hume decía, el conocimiento se alcanza “con sentido común y un buen par de ejemplos”, por lo que hay que mirar al pasado para comprender el presente. Difundió que el conocimiento y el amor propio son las bases de la libertad, del respeto hacia uno mismo y principios indiscutiblemente inatacables por cualquier poder exógeno.
Su concepción de libertad fluye a lo largo de toda su obra, sobre todo en las dos más clásicas: Historia General de las Drogas, libro único, profundo y preciso sobre estas sustancias, y Los Enemigos del comercio, en la que reflexiona sobre el comunismo, la libertad, la propiedad privada y el individualismo, y que lo colocan a la cabeza enarbolante de un auténtico movimiento inspirador, no solo en el mundo de la literatura, sino para toda la sociedad, incluidos muchos artistas que huyen del inconformismo, como los populares Alaska o el uruguayo Jorge Drexler.
Antonio disfrutaba entre tratados de Hegel o analizando los últimos estudios sociológicos de Steven Pinker, pero también sumergiéndose en “fogosos” romances que salieron a la luz, como el que mantuvo con… el Real Madrid, y que se perpetuó en un libro, La forja de la gloria. Y es que, aunque él mismo dijera que no era más que un viejo de ochenta años a punto de morirse, sentimos llevarle la contraria, y con datos fehacientes. Eres mucho más, querido Antonio. Sembrador de, no uno, sino de cinco granos de arena que darán como fruto sociedades más inteligentes, humanistas y espirituales.
Antonio Escohotado, un hombre libre que nos dejó grandes reflexiones para la posteridad, encara un presente lleno de homenajes a su figura, con jornadas y coloquios, pero también con música al más puro estilo ibicenco que nos hace sentir su presencia más fuerte, más activa e igual de libre que siempre. Sin mentiras piadosas ni artificios, solo verdades. Esas de las que a él le gustaban.
Web oficial: La emboscadura
Canal de YouTube Oficial: https://www.youtube.com/@AntonioEscohotadoEspinosa